La fascia y los tejidos conectivos

La fascia es el tejido conectivo que envuelve el cuerpo humano en su totalidad, por dentro y por fuera.

La fascia es una malla de tejido viscoso y elástico que envuelve y conecta las diferentes estructuras y cavidades del cuerpo, dando forma al organismo. Su función es la de conectar entre si las diferentes partes del cuerpo humano y mantener en buen estado las relaciones entre: músculos, huesos, órganos, vísceras, nervios y vasos. Esta malla forma el sistema fascial; el sistema responsable del movimiento en el cuerpo humano que sostiene nuestra estructura y permite que nos movamos en armonía.

¿De que está hecha la fascia?

La fascia está compuesta por colágeno, fibras elásticas, proteínas, células y sustancias básicas. Dependiendo de la zona del cuerpo o de la función que ejerce en él, variará su grosos y la proporción de elementos de su composición.

De esta manera, en las zonas de las articulaciones habrá más mayor proporción de fibras elásticas, para permitir el movimiento, cerca de los huesos, los tendones, y en las palmas de manos y pies, encontramos mayor proporción de colágeno, para dar mayor resistencia. La fascia visceral o los tejidos que envuelven los órganos son muy finos y resistentes.

La composición y la dirección de los tejidos del sistema fascial cambia y se reorganiza constantemente según demanda de tensión respecto a la gravedad. 

La fascia envuelve músculos, huesos y órganos
La fascia es una membrana fibrosa de tejido conectivo que envuelve músculos, huesos y órganos La fascia y forma las cápsulas articulares, los tendones y los ligamentos

¿Cómo actúa?

La fascia es un tipo de tejido conectivo, blando y moldeable, que envuelve y conecta entre sí las diferentes estructuras del cuerpo de forma prácticamente ininterrumpida, no tiene principio ni fin, es un sistema integrador, como una red, que cumple el principio de tensegridad.

La composición y la dirección de los tejidos del sistema fascial cambia y se reorganiza constantemente según demanda de tensión respecto a la gravedad. El simple y pequeño movimiento de un tensor, modificará la forma y tensiones de toda la estructura. De toda. Y así somos por dentro.

Es como un traje fibroso con memoria, que se adapta a los movimientos y tensiones que el cuerpo realiza en su día a día. Las fibras de colágeno se desplazan hacia las direcciones donde hay más demanda de fuerza y tensión, provocando una fijación en el tejido, una rigidez, a veces necesaria, y muchas otras no deseada.

La fascia sostiene nuestra estructura y permite que nos movamos en armonía. El simple y pequeño movimiento de un tensor, modificará la forma y tensiones de toda la estructura.

composición y estructura de la fascia

“… El tejido conectivo se las arregla para generar todo lo que necesita para mantener la estructura del cuerpo unificada, de pie y en movimiento: cuerdas, alambres, elásticos, láminas, sacos, material aislante, casquillos, puntales y resortes: las células de su tejido conectivo luchan con todo esto a partir de tres elementos simples: agua, geles y fibras. La córnea de su ojo, el esmalte que cubre sus dientes y las válvulas de su corazón son solo tres de una extraordinaria variedad de tejidos conectivos que se exhiben y trabajan en su cuerpo.”

 Thomas, W. Meyers.

¿Por qué es tan importante la salud del tejido fascial?

Esta membrana amarillenta y resbaladiza, cubre y protege los huesos, músculos, órganos, nervios y vasos sanguíneos del cuerpo y permite el deslizamiento de las distintas estructuras corporales entre sí, con el fin de mantener el correcto funcionamiento de las mismas.

Una fascia deshidratada o desgastada, genera adherencias entre músculos o entre órganos y puede provocar sensación de dolor, tensión, restricciones de movilidad, contracturas, disfunciones en nuestros órganos e incluso modificar patrones corporales y emocionales.

Cuando las fibras pierden elasticidad o capacidad de deslizamiento, cuando hay adherencias u obstrucciones, se producen desequilibrios que pueden producirnos molestias.

El sedentarismo, las malas posturas, una lesión, el stress y la ansiedad, enfermedades crónicas, tratamientos oncológicos, la depresión, la movilidad reducida y muchas otras, pueden ser todas situaciones que alteran y dañan en el tejido fascial, que pierde o cambia sus propiedades, generando adherencias u obstrucciones a la larga. Es por eso que debemos procurar mantener los tejidos conectivos saludables. Pero.. ¿Que hay que hacer para mantener el tejido fascial saludable?

Una fascia deshidratada o desgastada, genera adherencias entre músculos o entre órganos y puede provocar sensación de dolor, restricciones de movilidad, contracturas, incluso disfunciones en nuestros órganos.

Ejercicios y técnicas para la liberación Miofascial